Su localización -conectando Europa, el norte de África y Oriente Medio, y facilitando la comunicación de Asia con Europa y América- además de ser una de las ciudades españolas con mejor y más completa dotación de infraestructuras, le concede inmejorables ventajas competitivas para el inversor.
Está abierta al contacto con otros territorios, y se apoya en un sistema global de intermodalidad, en el que están presentes el puerto y el aeropuerto internacional, el tren de Alta Velocidad y el ferrocarril de mercancías, el transporte metropolitano, y una completa red de autovías y autopistas. Esto la convierte en el gran nodo logístico del sudeste peninsular, centro del Eje del Mediterráneo y proyectada al exterior.