Entrevista a Mar Esquembre: No hace falta ser una mujer para ser feminista

El próximo jueves 10 de marzo tendrá lugar en el auditorio de Puerta Ferrisa la sesión Cine Fórum Empresarial con la película ‘Pago Justo‘. En esta semana se celebra el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), este será el tema en el que se centrará el debate y estará moderado por Mar Esquembre, profesora de Derecho Constitucional en la Universidad de Alicante y co-fundadora de la Red Feminista de Derecho Constitucional, de la que además es presidenta desde julio de 2015.

Con motivo de este evento, charlamos con Mar para que nos contase más sobre el Cine Fórum y la importancia de reinvindicar y luchar por algo tan importante como la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

¿Por qué recomendarías acudir a la sesión Cine Fórum del próximo 10 de marzo?

Primero porque ver una película es siempre algo muy gratificante. En segundo lugar porque en esa película se pueden tratar muchos aspectos relativos a la lucha de las mujeres por la consecución de la igualdad, y siempre es mucho más ágil y agradable verlo en una película que leerlo. No se trata de ver la película solamente, el cine fórum es explicar y abordar algunos de los aspectos de la película.

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¿En qué va a consistir exactamente la jornada?

Primero presentaré la película y después de verla fijaré algunas de las cuestiones más relevantes que se observan en ella y que pueden explicar muy bien la importancia de unirse para hacer más fuerza. Decía Simone de Beauvoir que “el feminismo es una manera de vivir individualmente y de luchar colectivamente”.

¿Y por qué esa película? ¿Qué podemos aprender de ella?

No la escogí yo pero me pareció muy buena elección. A pesar de que la película se sitúa en la década de los 70, es un problema que sigue subsistiendo porque habla de la brecha salarial, del menor salario que cobran las mujeres por hacer el mismo trabajo que los hombres. Esa es una cuestión que se consiguió introducir en normativa, pero sin embargo cada vez aumenta más esa brecha. Creo que es un problema que afecta a todas las mujeres y que ellas mismas lo pueden identificar. En ese sentido, al margen de cuestiones o brechas ideológicas que puedan haber entre mujeres, o cómo se pueda percibir el tema entre los hombres, me parece una reivindicación con la que todo el mundo está de acuerdo y nadie puede discrepar. Este es uno de los aspectos que sirve para explicar el resto de desigualdades. Me parece una buena elección por ser algo todavía actual y vigente. Se podría haber seleccionado otra relativa a lo que costó el derecho de sufragio, por ejemplo, pero como ya lo tenemos parece que eso forme parte del pasado. Y sin embargo no, el feminismo es algo muy actual.

La película se desarrolla en otra época, pero ¿en qué hemos avanzado hasta ahora y qué es lo que aún queda por conseguir?

Esa es la pregunta del millón. El momento que refleja esa película, en términos históricos, no es lejano. Lo que aparece en la película, y que sí que hemos conseguido, es que ahora aparecen reconocidos en las leyes esos derechos. Ya tenemos mucha normativa ¿qué tenemos que conseguir ahora? que se cumpla. Pasito a pasito, con mucho esfuerzo. Muchas veces hay que recurrir a tribunales, son batallas lentas y dilatadas en el tiempo. Pero se van consiguiendo logros. Ahora lo que estamos reivindicando es que no se tenga que reclamar ante la jurisdicción, sino que de verdad se cumpla. Nos gustaría avanzar más deprisa, pero lo importante es no dejarlo.

¿Cuáles son las áreas en las que se perciben más desigualdades entre hombres y mujeres?

Yo haría dos distinciones: una entre el empleo público y otra en el sector privado. En el empleo público, por la obligación que tiene la administración pública de respetar la igualdad, esas diferencias pueden percibirse de menor manera. Ahora bien, dentro del empleo público hay unos sectores muy masculinizados que ocupan las cúpulas de la toma de decisiones y del poder, y unos sectores muy feminizados que están en la base. Por grupos funcionariales, el grupo A, el que más cobra, está compuesto por varones y los grupos últimos, C y D son los que están copados por mujeres.

Y si eso pasa en el empleo público, imaginemos qué es lo que ocurre en el empleo privado. Porque en el público, en principio no debería haber ninguno problema por hacer efectivos esos derechos: la conciliación de la vida familiar y laboral, los permisos de maternidad, etc. En el empleo público también los hombres pueden disfrutar de dos semanas de permiso de paternidad, incluso en la administración general del estado está un poco más ampliado ese permiso por el plan de igualdad de las administraciones públicas.

Pero ¿qué pasa en el sector privado? La vigencia de los derechos no es la misma. Se ven sectores muy masculinizados y feminizados, siendo los primeros los mejor retribuidos. Se pueden consultar todas las estadísticas de empleo, tasa de población activa, para ver cómo la crisis ha golpeado mucho más a las mujeres. En los datos del último mes pudimos ver que el paro en las mujeres aumenta, mientras disminuye en los hombres. Ocupamos la mayor parte de contratos a tiempo parcial y eso viene determinado por el rol que todavía pesa de manera muy fuerte sobre nosotras de que debemos ocuparnos de la casa, de los niños, de las personas dependientes o mayores. Son algunas de las diferencias, podríamos decir muchas más porque esto es para no acabar nunca.

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Y para finalizar, ¿en qué trabajáis desde la Red Feminista de Derecho Constitucional y desde el Instituto Universitario de Investigación de Estudios de Género?

En 2014 conseguimos convertir el Centro de Estudios de la Mujer, que era un centro propio de la Universidad de Alicante, en Instituto Universitario de Investigación de Estudios de Género. Esto nos permitió tener autonomía y plena competencia en tareas docentes y de investigación.  El Instituto es de la Universidad, mientras que la Red es una asociación de profesoras y profesores de Derecho Constitucional de las universidades españolas, y algunas latinoamericanas. Es una organización de ámbito estatal,  su finalidad es introducir la perspectiva de género en la docencia y en la investigación del derecho constitucional. Se habla de teoría del estado y nadie explica cómo se conforma el estado a base de la exclusión de las mujeres. Esto hace que no podamos entender bien la normativa específica de igualdad que se aprueba. Mucha gente ve la Ley de Medidas Integrales contra la Violencia de Género y piensa que es discriminatoria contra los hombres. Es lo que formalmente podría parecer al ver que todos somos iguales ante la Ley, entonces por qué hay una regulación diferente. Si no se estudian los orígenes sobre cómo se ha conformado el estado y de esa desigualdad, no la ves y por lo tanto no la puedes combatir. Trabajamos para hacer que la ciencia del derecho, y concretamente la disciplina del derecho constitucional, sea de verdad ciencia porque ahora tiene un carácter acientífico. En general cuando se observa la realidad para estudiarla, no se observa una parte muy importante como es la del ámbito doméstico y las relaciones y qué repercusiones tiene en los demás ámbitos. Queremos ampliar esa visión y hacer que esta disciplina tenga carácter científico.

Para terminar, Mar anima a todo el mundo a luchar por esa universalidad y por la igualdad entre ambos géneros, pues como ella dice “no hace falta ser una planta o un árbol para ser ecologista, igual que no hace falta ser una mujer para ser feminista”.

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